Los expertos proponen la adopción de medidas que vayan dirigidas a promocionar y consolidar la práctica de ejercicio físico. Estas implicarían un mayor esfuerzo por parte de las administraciones públicas, pero también de instituciones deportivas, educativas, sanitarias y empresariales para sensibilizar y concienciar a la población sobre la necesidad de integrar la actividad física en la rutina diaria.
En primer lugar, para incidir en las nuevas generaciones, las administraciones educativas y los mismos centros escolares deberían ampliar las horas que se dedican a la educación física en los colegios y mejorar la oferta de actividades deportivas. En este sentido, los expertos proponen establecer convenios entre los centros educativos y los gimnasios privados con el fin de externalizar ciertos servicios y garantizar la práctica deportiva entre los estudiantes.
También las empresas deberían implicarse en el fomento de la actividad física facilitando la conciliación laboral y deportiva. En este sentido, podrían, por ejemplo, facilitar el acceso de sus trabajadores a instalaciones deportivas propias o concertadas u organizar ejercicios en el mismo centro de trabajo. Esta medida podría evitar muchas bajas laborales y aumentar el rendimiento y la productividad laboral. Algunos estudios apuntan que un trabajador deportista puede ahorrar 600 euros anuales a la empresa.
En primer lugar, para incidir en las nuevas generaciones, las administraciones educativas y los mismos centros escolares deberían ampliar las horas que se dedican a la educación física en los colegios y mejorar la oferta de actividades deportivas. En este sentido, los expertos proponen establecer convenios entre los centros educativos y los gimnasios privados con el fin de externalizar ciertos servicios y garantizar la práctica deportiva entre los estudiantes.
También las empresas deberían implicarse en el fomento de la actividad física facilitando la conciliación laboral y deportiva. En este sentido, podrían, por ejemplo, facilitar el acceso de sus trabajadores a instalaciones deportivas propias o concertadas u organizar ejercicios en el mismo centro de trabajo. Esta medida podría evitar muchas bajas laborales y aumentar el rendimiento y la productividad laboral. Algunos estudios apuntan que un trabajador deportista puede ahorrar 600 euros anuales a la empresa.